MAYTE MARTÍN, CANTAORA FLAMENCO EN BARCELONA


MAYTE MARTÍN, CANTAORA FLAMENCO EN BARCELONA

La polivalente artista catalana Mayte Martín, cantaora, cantante, guitarrista y compositora, nació en Barcelona en 1965. Se inició artísticamente en las peñas flamencas de Cataluña que, junto con sus intervenciones en las emisoras de radio, tanta fama le dieron.

En 1987 obtiene el premio La Lámpara Minera, máximo galardón que concede el Festival Internacional del Cante de Las Minas que se celebra en La Unión (Murcia). A partir de entonces su nombre empieza a tener una gran repercusión y su cachet se multiplica por toda la geografía española.

La cantaora, supo tomar apuntes de todo el pasado cantaor. Tiene una gran personalidad, se ha forjado su propio estilo, ni es camaronera ni su cante recuerda a La Niña de los Peines a la que ella tanto admira. Se la considera una de las mejores voces del momento. Demostrándolo continuamente, cuando en 1989 consiguió el premio Don Antonio Chacón en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba.

Artista versátil, va con su tiempo y puede permitirse el antojo de expresarse con otras tendencias. Testimonio de una etapa en la que acrecentó su popularidad fue su incursión en el mundo del bolero en colaboración con el excelso pianista de jazz Tete Montoliu y, posteriormente, con el bolerista gitano Moncho.

Mayte Martín comparte cartelera en muchos recitales con la bailaora Belén Maya. Las dos estuvieron colosales dirigidas por el coreógrafo de ballet contemporáneo Ramón Oller en Frontera, el jardín de los gritos, una acertada coproducción del Festival de Música y Danza de Granada con el Teatro Nacional de Catalunya. Pero este éxito lo superaron en el VIII Festival Flamenco de Jerez, en 2003, con Flamenco de cámara, arropadas por los guitarristas Juan Ramón Caro y José Luis Montón, el violín de Olvido Lanza y las palmas de Susana Medina y Anna Calí.

Mayte Martín y Belén Maya pusieron boca a bajo el Villamarta. Pocos espectáculos del Festival de Jérez han calado tan hondo entre el público del Villamarta (…) la bailaora enfundada en una impresionante bata de cola que movió como no se veía desde hace tiempo, entusiasmó al respetable (…) la dulzura de unos movimientos envueltos en las sutilezas bocales de una Mayte Martín que desde el principio se mostró inconmensurable en todos los palos del flamenco, arrancaron continuos olés que bien valdrían su peso en oro. (…) Flamenco en estado puro (…) que logró la siempre difícil tarea de conjugarla tradición y la renovación, el purismo y la vanguardia (…) Al patio de butacas sólo le faltó quitarse el sombrero ante un dueto artístico que fue despedido como mejor se sabe hacer por esta tierra con unas palmas por bulerías.

(Susana Padilla, Información de Jerez, 10 de marzo de 2003)