Lluís Domènech i Montaner nació el 21 de diciembre de 1850. Fue un arquitecto excepcional y uno de los máximos representantes del modernismo catalán. Ocupó la cátedra del Colegio de Arquitectura y estaba muy metido en el mundo político por lo que dejó una huella importante en la cultura catalana.
Su estilo tiene una base racional pero combinada con elementos hispano-árabes que le dan un carácter extraordinario.
Tiene muchas obras importantes como el Castillo de los Tres Dragones, Casa Fuster, Casa Lamadrid, Farmàcia 1896, Hotel Estaña, Casa Thomas, Casa Lleó Morera, Palacio Ramón Montaner, Ateneu Canetenc, Casa Gasul, Casa Navàs, Fundación Antoni Tàpies (antes Editorial Montaner i Simón), Fuente de los Tres Caños en Comilla, Universidad Pontífica de Comillas, Cantabria, etc.
Sin embargo, sus mayores obras son el Hospital de Sant Pau que consta de 19 edificios que forman una pequeña ciudad modernista dentro de la ciudad de Barcelona conectados por 1km de túneles; y el Palau de la Música Catalana, un auditorio de música representante del modernismo catalán que se construyó entre los años 1905 y 1908 y consta de grandes muros de cristal, esculturas, mosaicos, vitrales y forjas. Fue un encargo del Orfeón Catalán para establecer allí su sede.
Domènech utiliza mucho las estructuras de hierro vista y la cerámica, con la que crea mosaicos. Este estilo se aprecia muy bien en el Castillo de los Tres Dragones, construido como un restaurante para la Exposición Universa de 1888 así como en el Palau de la Música Catalana. Ambos proyectan una imagen imponente y grandiosa. Al contrario que otros arquitectos modernistas que con el paso del tiempo van cargando más y más sus obras, Domènech evoluciona con edificios más ligeros manteniendo siempre, eso sí, la ornamentación típica modernista.
Su vida política también muy importante ya que fue miembro de La Joven Cataluña y el Centro Catalán, presidente de la Liga de Cataluña y la Unión Catalanista, miembro del Centro Nacional Catalán y de la Lliga Regionalista y un querido diputado. Sin embargo, terminó abandonando este mundillo algo descontento y dedicó los últimos años de su vida en investigaciones arqueológicas e históricas. Falleció en Barcelona el 27 de diciembre de 1923.